Consiste en un breve discurso cuyo objetivo es presentar tu proyecto o idea de negocio en el tiempo que dura un viaje en ascensor. (Tenemos entre 30 segundos y dos minutos).
El concepto fue acuñado por Philip B. Crosby en el libro: “The Art of Getting Your Own Sweet Way” (El dulce arte de salirte con la tuya).
Hemos de presentarlo con ingenio y decisión, con palabras eficaces y certeras que consigan captar la atención del oyente. Tenemos que ser capaces de condensar lo mejor de nuestra idea o proyecto, logrando enamorarlos usando cierta persuasión.
Las historias que contemos deben usarse para generar compromiso y provocar una respuesta emocional.
Para desarrollar nuestro discurso elevator pitch, hemos de dar respuesta a estas preguntas:
- ¿Cuál es el producto o servicio que ofrecemos?
- ¿Qué problema queremos solucionar?
- ¿Cuál es el mercado al que nos dirigimos?
- ¿Cuál es el modelo de negocio que vamos a aplicar?
- ¿Quién está detrás de la compañía?
- ¿Quién es nuestro competidor? – ¿Qué ventaja tienes sobre él?
Una vez resueltas, hemos de crear nuestro discurso con un lenguaje amistoso y cercano, que principalmente ha de contener:
- Una presentación de quién somos y cuál es nuestro proyecto.
- Una breve definición de quién es nuestro público objetivo y qué problemas o necesidades tiene.
- De qué manera les afectan estos problemas en sus vidas diarias y cómo vamos a ayudarles a resolverlos.
- Trata de diferenciarte de la competencia existente, exponiendo todo aquello que te hace relevante o diferente.
- No olvides mencionar la viabilidad y el beneficio de tu proyecto.
- Y por último, haz una llamada a la acción que te permita concertar una futura reunión.
¿Te atreves a escribir el tuyo? 💫
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